lunes, 30 de enero de 2012

LOS RADICALES LIBRES


Seguramente has oído hablar de los radicales libres y de los antioxidantes pero no entendemos bien de que se tratan estas sustancias y por qué son tan importantes conocerlas.

Las células de nuestro cuerpo requieren oxígeno para funcionar; incluso en los procesos metabólicos para la degradación de nutrientes.  Los físicos han identificado una propiedad en las partículas que componen los átomos a la que denominan rotación.  Por lo general cada electrón en un átomo forma pareja con otro de rotación contraria.  En el caso del oxígeno esto no sucede, ya que dicho elemento posee dos electrones sin su correspondiente pareja.  Este hecho convierte al oxígeno en un elemento altamente reactivo.  Un átomo de oxígeno siempre está a la búsqueda de otro átomo con el cual aparear o intercambiar electrones.  Esta es precisamente la característica que hace a los átomos de oxígeno esenciales para la vida ya que gran parte de las reacciones químicas de nuestro cuerpo requieren la transferencia de electrones. 


Sin embargo, esta misma característica, además de hacer del oxígeno esencial a la vida lo convierte en un elemento altamente tóxico y peligroso. En el proceso de reaccionar con otros átomos y moléculas el oxígeno se transforma en una amplia variedad de sustancias conocidas como oxidantes, entre las cuales se encuentran los radicales libres. Entorno al 95% de lo que inhalamos a través de la respiración nuestro cuerpo lo aprovecha para transformarlo en energía, pero el 5% restante suele ser el causante de lo que se conoce como oxidación celular. Los radicales libres cumplen numerosas funciones útiles en el organismo pero también tienen el potencial de dañar nuestras células y el material genético allí contenido.

Una forma de poner en prueba el potencial oxidante del oxígeno es recordar lo rápido que se pardea la manzana cuando dejamos la pulpa expuesta al aire, un proceso similar podría estar ocurriendo en nuestras células.

Las formas en que conseguimos los radicales por el ambiente son por ciertos medicamentos, alcohol, una dieta inadecuada, tabaco, contaminación y radiación solar, pero también nuestro organismo las produce a partir de estrés constante, desechos metabólicos y el ejercicio vigoroso.

A la hora de realizar ejercicio desencadenamos un proceso de oxigenación necesario para que las células puedan obtener energía y hacer frente a esa actividad. Este proceso es lo que se conoce como estrés oxidativo y tiene lugar en muchos deportistas debido a la gran cantidad de oxígeno que se utiliza para poder realizar la actividad deportiva correctamente y rendir al máximo. Los radicales libres afectan a las células desencadenando en ellas un proceso de envejecimiento prematuro.

Los efectos nocivos de los radicales libres son las alteraciones en la configuración de proteínas del organismo, oxidación de grasas y daños en el ADN. Esto genera en los órganos de regeneración celular continua la formación de mutaciones o cáncer y en células sin regeneración continua, como las neuronas, baja de energía y envejecimiento.

Felizmente en los alimentos tenemos una variedad de sustancias especializadas en neutralizar los efectos de los radicales libres y estos son los antioxidantes, los cuáles conoceremos en artículos más adelante.

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