Durante la práctica de ejercicios nuestro cuerpo es
sometido a un estado de estrés fisiológico acompañado con el uso de nutrientes
que deben ser recuperados. Sin embargo, el resto del día o posiblemente durante
el inicio de este, nuestro cuerpo puede sentirse bajo un estado de cansancio o
fatiga lo cual se manifiesta por bajos niveles de energía. En ausencia de
alguna enfermedad subyacente las vitaminas y minerales están íntimamente involucrados
con estos síntomas ya que forman parte fundamental de los procesos bioquímicos de
generación de energía celular.
La energía se obtiene a partir de los alimentos que nos
proveen de nutrientes como los carbohidratos, las proteínas y las grasas. En
nuestro organismo la energía contenida en los alimentos es liberada y
finalmente producimos una “moneda energética” llamada ATP. Para la formación de
la molécula de ATP se requiere de diversas reacciones enzimáticas las cuales
son apoyadas con la presencia de coenzimas y cofactores los cuales provienen de
las vitaminas y los minerales. Entre ellos tenemos a la vitamina B1, ácido pantoténico, vitamina B2, la
biotina, el hierro y el azufre. En caso de déficit de estos micronutrientes el
metabolismo energético se ve comprometido.
El déficit leve de micronutrientes puede asociarse con
malestar general y fatiga, menor resistencia a las infecciones o afectar los
procesos mentales como la memoria, concentración, atención y el estado de
ánimo. Respecto a los minerales y elementos traza en general, el ejercicio
vigoroso conduce a pérdidas mayores, en particular de magnesio, hierro, cinc y
cromo, por sudor y orina. En cuanto a las mujeres el déficit suele ser más incidente en
minerales como calcio, hierro, magnesio, cinc y vitaminas del complejo B.
Así como los micronutrientes resultan importantes ya que
desempeñan un papel principal en la producción de energía, también están involucrados
en la síntesis de hemoglobina, el mantenimiento de la salud ósea, la fuerza y
una función inmune adecuada.
Diferentes estudios han comprobado la importancia de los
micronutrientes en las diferentes respuestas fisiológicas de nuestro organismo
hacia la actividad física.
- El magnesio, cinc y cromo se relacionan con la capacidad de aumentar el gasto energético y el trabajo.
- El déficit de magnesio incrementa los requerimientos de energía durante el ejercicio y tiene efectos adversos sobre la función cardiovascular. Por ello, los suplementos de magnesio aumentan la fuerza y mejoran el desempeño físico.
- El déficit de cinc afecta la función cardiorrespiratoria durante el ejercicio.
- El calcio, es esencial para la excitabilidad de nervios y músculos y activa varias reacciones como la oxidación de ácidos grasos y secreción de insulina.
- El fósforo es un componente estructural de los nucleótidos, ATP y creatina fosfato los cuales son fuentes inmediatas de energía.
- El hierro forma parte de la hemoglobina y mioglobina (transporte de oxígeno) y de la cadena respiratoria.
- El déficit combinado de tiamina, riboflavina, vitaminas B6 y C se asoció con una disminución del desempeño físico.
- El déficit de folato y vitamina B12 reduce el trabajo de resistencia.
- Los niveles de riboflavina (vit B2) disminuyen durante los períodos de ejercitación en comparación con la población estudiada que no realizó ejercicios.
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Los micronutrientes pueden ser encontrados en una
infinidad de alimentos que la naturaleza nos otorga, mientras nuestra dieta sea
variada y saludable podremos evitar el déficit de estos. Para conocer cuál es
tu estado nutricional actual puedes solicitar la consejería de un nutricionista
para que realice una adecuada evaluación de tu ingesta. El consumo de
suplementos vitamínicos será solo necesario en caso el personal de salud
capacitado te lo indique.
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